2 de septiembre de 2021

¿Desde cuando me gustan los tebeos?

Hoy voy a hacer algo extraño en este blog, voy a hablaros de mí, ¿queda alguien por ahí? Pues venga, vamos a ver desde cuando me gustan los tebeos. Tengo muy mala memoria, pero recuerdo perfectamente mis primeros pasos en el mundo de los tebeos, en el mundo de los superhéroes y en la novela gráfica más adulta. No pretendo aburrir a nadie, por lo que intentaré ser breve: Mi primer recuerdo comprando tebeos tiene a mi abuelo paterno como protagonista y era a principios de los años 80, me daba cincuenta pesetas y yo me iba los sábados (no recuerdo con qué periodicidad) a comprar mi tebeo de D'Artacan y los tres mosqueperros, era la única colección regular que seguía, el resto eran cosas sueltas que me compraban mis padres (supongo que para que leyera algo) y en los que invertí mis primeras pagas. Tenía números de cosas tan variadas como: Tintín, Lucky Luke, Mortadelo y Filemón, Don Miki, Trece Rue del Percebe, Astérix y Obélix, y muchos recopilatorios (sobre todo de Bruguera o Ediciones B, creo) y revistas (como TBO, Cavall Fort y otras que no recuerdo) que leía y releía hasta la saciedad. Pero un buen día por azares del destino cayó en mis manos un tebeo publicado por Forum que me cambió la vida, era el año 1984 y a pesar de que yo ni sabía lo que era un guionista entró en mi casa Frank Miller.



Era el nº 22 de la colección regular de Daredevil que estaba publicando Forum (191 USA publicado por Marvel), eran 36 páginas en grapa e igual que no recuerdo cómo llegó a mí vida tampoco sé qué se hizo de él, aunque actualmente lo tengo en un par de recopilatorios, y os aseguro que esta portada nunca la olvidaré, porque me adentré en su interior decenas de veces a lo largo de años...



En el 84 yo era un chaval de 10 o 11 años, y de repente tenía delante a un tipo jugando a la ruleta rusa con otro que estaba postrado en la cama de un hospital, le explicaba la historia de un niño que le admiraba (era un superhéroe aunque a mí me parecía más bien un villano) y que acabó matando a otro muchacho en el colegio porque se le fue la cabeza, también nos hablaba de su propia infancia y de lo duro que había sido su padre con él, un montón de estímulos a los que se le añadía el klik de la pistola cada dos o tres páginas, ese Daredevil apretaba el gatillo del arma contra su propia sien y contra la de ese hombre enfermo al que le estaba soltando un buen monólogo.



Para más inri en aquellos años Forum publicaba cómics de 36 páginas cuando el tebeo original era de 24, por lo que la segunda mitad de lo que tenía entre manos empezaba una historia de un periodista al que intentaban matar y al que Daredevil salvaba (eso sumado a cómo finalizaba la historia anterior me hicieron descubrir que en el fondo igual sí que era un héroe), sus primeras once páginas dejaban una historia inconclusa que finalizaría en el siguiente número de la colección, un número que yo no llegaría a comprar hasta muchísimos años después en algún retapado que no recuerdo.



Daredevil quedó así en mi cabeza para siempre jamás, con él descubriría el mundo de los superhéroes y sería de las pocas colecciones regulares que compraría ininterrumpidamente durante años cuando empecé a comprar cómics en serio algún tiempo después (a principios de los 90 me imagino), incluso a día de hoy habiendo regalado o vendido el 90 % de los cómics de aquella época sigo conservando los de Daredevil, ya no lo compro pero ahí siguen estando los viejos, teniendo un lugar privilegiado en mis estanterías igual que lo tienen en mi corazón.



También tardaría años en saber quién era Frank Miller y en conocer la obra maestra que había hecho con Daredevil (de hecho con esta historia finalizaba su primera etapa con este superhéroe, en la segunda tocaría techo con Born Again) o lo que haría más tarde con Batman (otro de mis superhéroes favoritos), por eso tampoco es de extrañar que este autor se convirtiera en uno de los que siempre he tenido como referencia, no en vano puedo decir que de alguna manera Frank Miller me cambió la vida igual que haría años más tarde Neil Gaiman (como ya os conté aquí).


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