En este arco argumental Neil Gaiman nos muestra una vez más el arte que tiene creando personajes únicos, ya conocíamos a Delirio pero aquí la vemos en todo su esplendor mientras intenta convencer a alguno de sus familiares para iniciar un viaje en busca del hermano pródigo: Destrucción. Sueño ha sufrido un revés amoroso y por eso se une a la búsqueda, que se complica mientras se va entreviendo que alguien más está buscando al Eterno desaparecido, ¿o acaso intentando evitar que otros lo encuentren? Una odisea emocionante y entrañable, no sé en qué punto esta gran novela gráfica toca techo, pero aquí desde luego está en todo lo alto.
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